1)- La probabilidad de días soleados es mayor que en invierno.
Esto asegura poder esquiar más días en condiciones de buena visibilidad.
Tambien disminuyen las posibilidades de cierre de medios de elevacion debido a condiciones meteorológicas adversas, permitiendo esquiar por toda la montaña.

2)- Los días son más largos, por lo tanto el riesgo de circular por las rutas es muchísimo menor. Las placas de hielo en las rutas (en caso de haberlas) suelen disminuir, quedando excepcionalmente de madrugada. Esto facilita las subidas en horarios de madrugador.

3)- El inicio de la jornada de esquí comienza y termina con una luminosidad que ya quisiésemos durante los fríos meses de invierno. Esto se aprecia por ejemplo si hay que esperar un colectivo para subir a las pistas.

4)- Las temperaturas son más benignas, lo que facilita llevar a los pequeños a la nieve, permitiéndoles disfrutar de este deporte en todo su esplendor. Con esto lograremos que se enganchen más fácilmente y su progresión sea más rápida.
Atrás quedarán las caras y manos heladas, y los llantos desconsolados de dolor ante un medio hostil que debido a su corta edad exige que regulen bien su calor corporal, cosa que no ocurre. Sin frío, es más divertido tocar la nieve por un rato, embadurnarse en ella, tener menos miedo a caer, resbalar,…Sin lugar a ningún tipo de dudas, es la mejor época para los niños!

5)- Las ofertas para esquiar en estas fechas suelen tener los precios mas bajos.

6)- El número de esquiadores en los centros de esqui es mucho menor, por lo que se puede disfrutar mucho más de las pistas y la palabra “colas” desaparece por completo del vocabulario. Los pisteros (o patrulleros), instructores, el personal de los medios, de las boleterias,… más desahogado de trabajo, sabedor de esas últimas fechas, trabaja contento, feliz, conversador, pensando en el retorno a sus pueblos de origen.

7)- El disfrute que se puede realizar de las terrazas de los bares y confiterías en pistas a cualquier hora del día es indescriptible: el relax, las bebidas y las comidas que tanto gustan, sin problemas de visibilidad, disfrutando de excelentes paisajes.

8)- En un solo día te podes encontrar con todo tipo de nieves, lo que hace aflorar tus carencias técnicas como esquiador y te permite mejorar la técnica.

9)- Aun hay nieve en las pistas como para no agarrar, sin querer, piedras.
Estas pueden ir apareciendo a los costados, fuera de las pistas.

10)- Hay una amalgama de excitación y tristeza que da saber que estás en las últimas bajadas de la temporada. “Las últimas” no porque uno lo decida así, sino porque es la Naturaleza quien lo impone. Esto tiene algo que te incita a exprimir cada bajada al máximo, con esa sensación de que estás esquiando como si no hubiese un mañana (porque realmente, no lo habrá).

11)- Algo más con el corazón, pararte a oír el fluir del agua en un arroyo, sacarte los esquís y mientras oyes a los pájaros trinar, acercarte al agua a refrescarte la cara sin más preocupaciones que cuando termines la jornada, decidir en qué terraza disfrutar del sol, con una bebida bien fría entre nuestras manos: esto es algo que sólo nos brinda la primavera.

Así que si has llegado hasta aquí, ya sabes, hay que aprovechar las estaciones que hacen el esfuerzo de prolongar la temporada, por ellas y por nosotros.
¡Larga vida al esquí de primavera!.