En una industria de la nieve caracterizada por una oferta concentrada en pocos centros de ski vemos publicidades muy orientadas a los precios: descuentos, cuotas, bonificaciones y beneficios económicos.

En un mercado chato de muy poco crecimiento, con oferta de servicios muy similares, la estrategia de marketing esta enfocada en robar market share. Se compite con precios y promociones. Se olvida que comprar un paquete de ski tiene un componente emocional (aparte de lo caro del precio) que involucra en la decisión factores como las ganas, búsqueda, planeamiento y validación. Haciendo hincapié únicamente en los precios, no favorece la generación de nuevos clientes y/o el retorno de antiguos esquiadores.

Mientras otros rubros del Outdoor van en esa dirección (la de generar nuevos clientes), compartiendo valores, generando demanda, aumentando las posibilidades y creando historias; la industria de la nieve permanece estancada describiendo los productos y sus precios: pases, alojamientos, clases y equipos.
Una práctica arcaica de la era pre-digital, de la época de los folletos.
Los clientes son referidos como "datos" y pasan a ser números en planillas excel. El approach de servir como inspiración, aventura, excitación y diversion ha quedado relegado por los precios de los medios de elevación, habitaciones de hotel, comidas en restaurantes de montaña y clases en las escuelas de ski + snowboard. Se olvidan que los precios no crean pasión, ni excitación; olvidando que la ecuación es al revés: la pasión es preexistente al aspecto económico.

Una manera de cambiar el enfoque es inspirar a la gente, motivarla. Luego la inspiración se contagia entre el publico.
Va un ejemplo de Whistler, que apunto en esta dirección realizando una película "ol’ fashioned" para atraer nuevamente al deporte a esquiadores y snowboarders. MAGNETIC - Whistler